En las reacciones de precipitación se produce un producto sólido a partir de dos reactivos disueltos en agua.
En clase hemos visto la reacción química de precipitación que se produce cuando mezclamos dos disoluciones: de cloruro de sodio y de carbonato de calcio. Al mezclarlas reaccionan produciéndose carbonato de calcio, una sustancia insoluble en agua que precipita, la cual podemos separar por filtración.
En esta reacción se produce dióxido de nitrógeno, una sustancia altamente contaminante y tóxico, la cual es produce en la atmósfera por la reacción del monóxido de nitrógeno producido en los coches con el oxígeno.
El carácter básico de un medio viene dado por el número de protones originados por iones de hidrógeno H3O+ que se encuentran disueltos en medio acuoso. De hecho, a 25 ºC y presión atmosférica, la propia agua pura presenta un cierto porcentaje de sus moléculas que se encuentran disociadas, aportando, no solamente un número (pequeño, pero relevante) de iones H3O+, sino también el mismo número de iones OH-, debido a que por los choques entre sus propias moléculas constituyentes se produce un fenómeno conocido como autoionizacion del agua.
De hecho, el pH del agua pura 25 ºC y presión atmosférica es el que se muestra como concentración de H+ (en moles por litro) en la ilustración de abajo.
Por otro lado, hay sustancias que, disueltas en agua, aportan gran cantidad de iones hidronio (H+, que eventualmente, al chocar con una moléculas de agua, puede formar H3O+), haciendo que el medio se vuelva más ácido.
Los ácidos son sustancias que disueltas en agua liberan protones, lo cual causa un pH ácido, cuyo valor estará entre 0 y 7.
Otras sustancias, aportan cierta cantidad añadida de iones hidróxido, OH-, haciendo que el medio se vuelva más básico (o alcalino).
Si se mezcla una disolución ácida con otra básica, se neutralizan, de forma que el pH resultante depende de la concentración final de iones derivados del agua positivos o negativos.
Muchas sustancias, como las que podemos ingerir, o productos de limpieza de uso doméstico, tienen un pH caractarístico, que viene dado por el exponente de la potencia de diez que expresa la concentración de iones hidronio H+, el cual se puede poner de manifiesto mediante un indicador adecuado.